Mensaje de Plenilunio 2019

Cafh como grupo humano es un ser vivo, con una misión en el Plan de Evolución de la Humanidad.

Cada uno de nosotros somos Cafh y tenemos una misión que cumplir: vivir la Mística del Corazón. Estamos llamados a desarrollar un sentir superior, a aprender a vivir centrados en nuestro corazón, en la Presencia Divina, a aprender a reconocer la Presencia Divina en los demás y en todo. Estamos llamados a hacernos una nada interiormente para poder Ser en el Todo.

Tenemos el desafío de vivir en nosotros esta Mística del Amor.

La Ley de la Renuncia es la llave maestra que nos abre la puerta que conduce a nuestra misión. Nuestra misión nos llama a ser libres. La Renuncia nos enseña a fluir en la Gran Corriente de la Vida, a dejar ir lo que nos ata y nos detiene, y a recibir lo que la vida pone en nuestras manos para aprender y expandir nuestros horizontes. A cada instante tenemos esta libertad. Nuestra misión nos llama a amar. El amor real nace de la Renuncia. Liberamos nuestro corazón de los sentimientos que nos empequeñecen y separan, para abrirnos a lo desconocido en el otro ser, para caminar junto a quienes nos rodean uniendo nuestras fuerzas y nuestras individualidades. Somos compañeros en esta aventura de la vida.

Nuestra misión nos llama a confiar. La comunión de valores y anhelos hace fuerte la confianza entre nosotros. El alcance trascendente de nuestra misión nos hace intuir en nuestro corazón que no caminamos solos en este mundo. Confiamos en que la Divina Madre y los Santos Maestros nos acompañan y guían nuestros pasos.

Nuestra misión nos llama a servir. Encontramos en el servicio una fuente de alegría y plenitud porque saca el foco del pequeño círculo de nuestro yo. Así, nos abrimos y ponemos nuestras energías de manera creativa y efectiva a disposición de la Obra a realizar. El servicio nos hace humildes y nos hermana. Somos servidores unos de otros, somos servidores de la Gran Obra.

Nuestra misión nos llama a trabajar juntos. Crecemos y nos completamos en el trabajo conjunto, ampliamos nuestros horizontes con la mirada del otro. Descubrimos que la misión común está siempre más allá de nuestra mirada particular.

Nuestra misión es simple, pero de una trascendencia desconocida para nosotros. Su realización en nuestra vida representa un salto cuántico en la conciencia de la humanidad. En estos tiempos de cambio, de inestabilidad, de crisis de valores, nuestra misión cobra aún mayor sentido y urgencia. Permanezcamos centrados en nuestro corazón, unidos por nuestra misión. Llevemos el Mensaje de la Renuncia -que es mensaje de amor, de libertad, de confianza, de servicio, de trabajo conjunto- a todos los seres humanos sustentándolo con nuestra vida y en nuestros grupos. Este es nuestro aporte real al momento crítico que vive la Humanidad.



Ana Cristina Flor
Mayo de 2019 Cafh
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