Historia de Cafh
Podemos recorrer un poco de la historia de Cafh a través del trabajo de los cuatro Directores que Cafh ha tenido desde su fundación
A principios del siglo XX no fueron pocos los que navegaron a través del océano Atlántico por primera vez buscando construir una nueva vida. Detrás de si dejaban una Europa herida por la guerra, con la promesa de que en la tierra americana encontrarían un lugar para construir el anhelado futuro de paz.
En 1927 Argentina recibió a un joven de 23 años que llegaba de Italia. El joven Santiago Bovisio traía un valioso tesoro, una semilla que habría de plantar y cuidar en su nueva patria. En esta semilla estaba contenida la herencia que había recibido en Italia de sus maestros espirituales.
El joven Santiago había participado de una sociedad espiritual europea y recibido allí capacitación, educación y conocimiento extraordinarios en muchos aspectos de la vida espiritual.
Durante sus primeros 10 años en Argentina, Don Santiago trabajó para difundir su visión de la vida espiritual. Dio conferencias, escribió en publicaciones y organizó actividades para el adelanto humano.
Ya para 1937 había conocido a personas dispuestas a acompañarlo en una nueva obra, obra esta que anhelaba brindar a la sociedad. Con estas personas nacidas en el continente Americano fundó Cafh.

Haga clic aquí para enlace con sitio web de Enseñanzas originales de Don Santiago Bovisio.
Al fallecimiento del Sr. Bovisio en 1962, le sucede el Sr. Jorge Waxemberg, quien dirigió Cafh por 42 años.
El Sr. Jorge Waxemberg acompañó al Sr. Santiago Bovisio en el desarrollo de la obra de Cafh en toda Argentina y en otros países de América del Sur donde la idea de la renuncia, compartida por Cafh, fructificó. Fue elegido director de Cafh en 1963 y a partir de ese momento dio gran impulso a la expansión del trabajo de Cafh por el mundo, apoyando la difusión y presencia de miembros en más de 20 países.


El Sr. José Luis conoció a Cafh en su tierna juventud en su provincia natal de Córdoba, Argentina. Se hizo miembro en 1961 y en 1973 ingresó a una Comunidad de Cafh.
En 1979 se trasladó a Costa Rica donde fue nombrado Delegado de las Comunidades de Cafh. Desde su fundación estas comunidades reflejaron la vocación de renuncia de sus miembros a través de un trabajo social sostenible. A lo largo de los años las actividades económicas desarrolladas por las comunidades se transformaron en fuente de trabajo y desenvolvimiento para los habitantes de la región y en referencia nacional de solidaridad. El Sr. José Luis Kutscherauer ha impulsó el movimiento de Cafh hacia una práctica clave de nuestra época ultra-conectada: abrirse y compartir.
Este movimiento se ha traducido en el desarrollo de una cultura de trabajo interdependiente, más allá de la dicotomía dependencia – independencia. Se formaron equipos en todas las áreas de interés para el desarrollo de la obra de Cafh y se invitaron a personas de distintas áreas y países a constituirlos.
El movimiento de abrirse y compartir también se ha traducido en el ofrecimiento y publicación gratuita de cursos y herramientas para el desenvolvimiento espiritual, sostenidas con donaciones voluntarias y el trabajo también voluntario de miembros de Cafh.
Después de 14 años en su función de Director de Cafh el Sr. José Luis Kutscherauer concluyó su periodo en mayo del 2019.

En la asamblea anual de 2019 los miembros de Cafh eligieron como nueva Directora Espiritual de Cafh, a la Sra. Ana Cristina Flor.
Ana Cristina nació en Mendoza, Argentina y es miembro de Cafh desde noviembre de 1983. En enero de 1990 se integró a la Comunidad de Embalse, situada en el Valle de Calamuchita en Córdoba, Argentina.
Fue miembro del grupo directivo de Cafh durante varios años de la gestión del Sr. Kutscherauer. Desde esta función participó en diversos proyectos orientados hacia el desenvolvimiento de la Obra de Cafh en el mundo.
También considera que vivimos tiempos de cambios vertiginosos que nos exigen acompañar este devenir de la humanidad donde nuestro humilde trabajo, que da sentido a nuestra vida, es de gran necesidad para esta Obra Divina.
Un punto de partida necesario es aceptar nuestra condición humana en toda su complejidad, sus matices, sus vaivenes, su fragilidad.
Actualmente Cafh ofrece una serie de actividades virtuales y presenciales donde se enseña a trabajar interiormente a fin de que el participante pueda ampliar su propia conciencia y contribuir al bien de la sociedad a través de su propia transformación.